El pintor nervense Guillermo Domínguez muestra una veintena de obras realizadas a óleo en la más que centenaria Sociedad Centro Cultural de Nerva durante este mes de agosto a unos precios asequibles a todos los bolsillos. Bodegones, paisajes serranos y mineros, pero sobre todo marinas componen esta exposición impresionista de la que destaca una pintura a pastel de un perro, cercana al hiperrealismo, que la inmensa mayoría de visitantes confunde con una fotografía.
Cada uno de los cuadros que Domínguez expone en el Centro Cultural se transforma en pequeñas ventanas con vistas al mar, donde el visitante podrá sumergirse en otros paisajes, y tomar una bocanada de aire fresco desde el interior de la provincia, entre tanta tierra minera. En esta ocasión, el azul de la costa onubense es el color predominante entre alguna que otra salpicadura de ocre del entorno minero.
Admirador del gran Sorolla, Domínguez no deja de reconocer la influencia de su maestro Pascual padre en gran parte de sus obras. Domingo Delgado, Alcaide y otros grandes de la pintura local fueron moldeando el pintor en el que se ha convertido con el paso de los años.
La primera exposición en la que participó Domínguez data de 1982, con motivo del centenario del nacimiento de Vázquez Díaz. También ha participado en otras exposiciones colectivas, como los Certámenes de Pintura José María Labrador a finales de la década de los años 80 o la de Pintores de Nervaque se expuso en la Sala del Apeadero del Real Alcázar de Sevilla organizada por la Asociación Nerva en Sevilla en 1995. En numerosas ocasiones ha expuesto también su obra de forma individual en el Círculo Comercial de Nerva. Ahora lo hace en la Sociedad Centro Cultural tras años de ausencia.